26 mars 2006

Iglesias del Colca

Se suele, y con razón, criticar a cierta cooperación para el desarrollo que acaba aumentando las calamidades que pretende remediar. Alegra, entonces, cuando un observador imparcial reconoce los méritos de una acción de cooperación bien llevada. En este caso, se trata del escritor Mario Vargas Llosa, quien describe, en el artículo Antonia y los cóndores, el resultado de un programa de cooperación en el valle del Colca, Arequipa, en el sur de Perú :

"Las catorce iglesias, cuya fábrica es del siglo XVI, aunque casi todas fueron remodeladas y acabadas en los siglos XVII y XVIII, son una pura maravilla. Cuando yo vine al Colca la primera vez, hace un cuarto de siglo, muchas de ellas estaban muy deterioradas por el tiempo y los terremotos y varias parecían a punto de desplomarse. Pero ahora, gracias a la Cooperación española, van siendo restauradas con rigor histórico, buen gusto y la activa participación de los vecinos, a quienes se capacita en las técnicas de la restauración, a fin de que se involucren psicológica y afectivamente en la reconstrucción de su patrimonio arquitectónico y artístico. Emociona comprobar el entusiasmo y el orgullo con que las muchachas y muchachos campesinos de los pueblos de Ichupampa, Maca, Coporaque, Yanque y otros muestran a los forasteros la técnica que emplean para retirar el revoque de los muros y sacar a la luz las pinturas escondidas bajo las capas de yeso y cal o para limpiar y reparar los retablos e imágenes arrebosados de polvo y de mugre. La iglesia de Lari, totalmente rehabilitada en todo su esplendor, es tan bella, con su profunda cúpula, sus barrocos altares mestizos y la suave luz tamizada por las piedras translúcidas de Huamanga que se desparrama por su vasta nave, que ella sola justifica el viaje al Colca".