El Presidente de la República ecuatoriana, Rafael Correa, lamentó la reclusión durante un mes en Bélgica de la ecuatoriana Ana Cajamarca y su hija Angélica, de 11 años de edad, y afirmó que si los ciudadanos belgas se ven obligados algún día a tener que abandonar su patria, serán recibidos en el Ecuador "con los brazos abiertos" porque el Gobierno ecuatoriano considera que "no hay seres humanos ilegales".
El Jefe del Estado, durante la cadena radial de los sábados, calificó como "barbaridad" la actuación de las autoridades belgas en este caso y realizó un llamado para que ninguna persona tenga que marcharse del país.